Mover manufactura de China a México podría reducir costos

 

La pandemia del COVID-19 ha cambiado las perspectivas de muchas empresas manufactureras estadounidenses de cara a la localización de sus unidades productivas. La dependencia fundamentalmente de China, por sus ventajas en materia de costos y escala, y el impacto de la crisis sanitaria están obligando a las empresas a ampliar más sus horizontes y pensar en otras ubicaciones, como es el caso de México. Así lo recoge el reporte de PwC Más allá de China: Hacia una mayor diversificación y eficiencia de costos en las cadenas de suministro.

 

El documento presenta más opciones atractivas para las cadenas de suministro global, por motivos diversos como, por ejemplo: el costo del destino, los tiempos de entrega o el factor riesgo. Teniendo en cuenta estos condicionantes, si los manufactureros estadounidenses decidiesen mover su producción fuera de China, podrían reducir sus costos operativos un 24%, en promedio, si se trasladasen a otra nación de bajo costo  o un 23% si optasen por México.

 

Por otro lado, el 80% de las importaciones manufacturadas en China, podrían capturar eficiencias de costos si se produjeran en otros LCC asiáticos, como Malasia, Vietnam o Tailandia, entre otros.

 

Diversificación frente a un entorno volátil

De acuerdo con la CFO Pulse Survey de PwC , el 38% y el 25% de los encuestados en México y EUA, respectivamente, aseguraron que “desarrollar opciones alternativas de abastecimiento y/o cambiar los términos contractuales” de la cadena de suministro es importante para reconstruir o mejorar sus fuentes de ingresos. Por otro lado, según la encuesta Más allá de China: Hacia una mayor diversificación y eficiencia de costos en las cadenas de suministro, el 16% de las empresas norteamericanas que operan en China ya tenían planes para reajustar su producción o sus fuentes de abastecimiento previo a la pandemia.

 

Si bien es todavía prematuro para anticipar cambios completos en cuanto a la localización de las cadenas de suministro, la actual crisis y la búsqueda de nuevas alternativas de abastecimiento generarán la necesidad de establecer modelos mixtos, para reubicar geográficamente los diferentes nodos de los procesos productivos, buscando el balance adecuado entre el nivel de resiliencia y el costo de operación”, señala Carlos Zegarra, socio de Management Consulting en PwC México. “Dentro de este contexto, la perspectiva para México es positiva y podría ayudar a desarrollar aún más este sector y el crecimiento económico del país”, matiza.

 

El reporte sí prevé que los manufactureros estadounidenses opten por diversificar su presencia internacional con, por ejemplo, escenarios de doble abastecimiento con los que podrían abaratar la producción entre el 5 y el 20%, en comparación de optar solo por China.

 

Las oportunidades de México

Entre las principales ventajas que ofrece nuestro país destacan: la entrada en vigor del T-MEC -que dota de mayor estabilidad a las relaciones comerciales entre México y Estados Unidos -, el costo de la mano de obra mexicana -se mantiene competitivo con respecto a los países emergentes frente al aumento de los precios en China-, el bajo importe logístico o la consolidación de la industria maquiladora, que promueve una manufactura competitiva y estimula la generación de empleo.

 

Tomando en cuenta todos estos factores, las empresas manufactureras, en general, y las estadounidenses, en particular, deberán autoevaluar su cadena de suministro para saber si es necesario reajustar su presencia global”, afirma Carlos Zegarra. “No obstante, nuestro país está en condiciones de brindar una mayor diversificación y una eficiencia de costos, pudiendo atenuar las disrupciones comerciales y geopolíticas que las compañías estadounidenses han tenido que ponderar en los últimos años”, añade.

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