IA generativa impulsa resurgimiento de nube privada
Si bien muchas empresas han optado exclusivamente por la nube pública en los últimos años, algunas han aprendido que un enfoque simple de lift-and-shift no es adecuado para todas las cargas de trabajo. De acuerdo con la consultora global de mercados IDC, el gasto en infraestructura de nube dedicada, un término que incluye la nube privada, crecerá a una tasa compuesta anual del 12.6% entre 2023 y 2028, alcanzando finalmente un valor de mercado de $48,200 millones de dólares.
En México, este crecimiento se refleja en las inversiones en infraestructuras de data centers y plataformas de IA, que están redefiniendo sectores tan diversos como el manufacturero, financiero y de servicios. Además, en América Latina, el gasto en infraestructura de nube está proyectado a crecer un 18.4%, siendo una de las regiones de mayor crecimiento en el mundo.
Con este panorama, muchas empresas ven la nube privada como una forma de obtener lo mejor de ambos mundos: los beneficios de la nube pública, incluida la agilidad y elasticidad de la infraestructura; y el control de la infraestructura privada, ayudándoles a evitar posibles inconvenientes, como problemas de seguridad y altos costos.
Sin embargo, el potencial de la nube privada para ayudar a las empresas a superar los desafíos e implementar tecnologías avanzadas es claro. Pero se debe implementar la nube privada de la manera correcta para obtener todos los beneficios que realmente promete.
¿Cómo puede ayudar la nube privada en la era de la IA?
La llegada de la IA generativa es un factor que está impulsando el resurgimiento de la nube privada. Las empresas están aprendiendo que no pueden ejecutar la IA exclusivamente en una infraestructura pública sin correr el riesgo de fuga o pérdida de datos.
Para obtener todo el valor de la IA y, al mismo tiempo, mantener protegidos los datos confidenciales, muchas empresas recurren a un enfoque de IA privada. Esto significa alojar los modelos en una infraestructura privada, que podría ser una nube privada, y entrenarlos con conjuntos de datos propietarios. Al incorporar modelos a sus datos, y no al revés, las empresas pueden garantizar que los datos privados permanezcan dentro de su dominio de seguridad.
¿Cómo hacer bien la nube privada?
En teoría, los centros de datos deberían enviar automáticamente las cargas de trabajo a los servidores que estén disponibles para soportarlas. Sin embargo, todos sabemos que esto no suele ocurrir en los centros de datos empresariales.
En su lugar, los presupuestos se dividen entre los equipos de línea de negocio que solo se preocupan por sus propios SLA. La potencia de cómputo se reserva en grupos, cada uno con capacidad suficiente para admitir aplicaciones en picos de demanda. Esto a pesar de que es muy poco probable que la empresa necesite alguna vez la capacidad máxima para todas las aplicaciones al mismo tiempo.
Por lo tanto, la tasa de utilización de la mayoría de los centros de datos empresariales es muy baja. Administrar un centro de datos de esta manera es como prender fuego al dinero ya que las empresas gastan millones en la construcción y el mantenimiento de centros de datos, sin tener en cuenta que están pagando para que los servidores permanezcan inactivos la mayor parte del tiempo.
Tener éxito con la nube privada requiere que las empresas cambien este problema fundamental: pasar de recursos informáticos y presupuestos aislados a una infraestructura integral que funcione para toda la organización. En resumen, significa pensar más como un proveedor de nube.
Para hacer bien la nube privada, los equipos de TI de las empresas deben reconocer que ellos también son proveedores de servicios. Su trabajo consiste en ofrecer los mejores resultados para los equipos de línea de negocio, todos ellos, no solo los que tienen los presupuestos más grandes. Si no pueden hacer este cambio fundamental de mentalidad, su nube privada se convertirá en un cumulo de computación más en bodegas.
Una forma más eficiente de hacer nube privada
Cambiar a una mentalidad de proveedor de servicios es un cambio dramático que no sucederá de la noche a la mañana. De hecho, es posible que algunos líderes de TI no tengan ningún interés por este tipo de cambio. En estos casos, la implementación en un entorno administrado, como un servidor dedicado sin sistema operativo, podría permitir una forma más rápida y eficiente de comenzar con la nube privada, al tiempo que evita los problemas que se encuentran comúnmente en los centros de datos locales.
Lo que las empresas buscan de la nube privada es en realidad bastante simple: quieren la elasticidad y la agilidad de la nube pública, pero también quieren un mayor control sobre la seguridad y los costos. Una vez que han identificado estas prioridades, es fácil ver cómo la implementación de una nube privada instalada con un socio de infraestructura digital como Equinix puede ayudar a los equipos de TI de las empresas a alcanzarlas, sin tener que hacer un cambio fundamental en la forma en que operan.
El valor de una nube privada instalada es especialmente claro dados los nuevos requisitos en torno a la IA. Para respaldar las cargas de trabajo de IA en las instalaciones, las empresas necesitarían un hardware informático potente; en particular, tendrían que superar los desafíos de adquirir GPUs y utilizarlas en todo su potencial, así como invertir en innovaciones energéticas y de refrigeración. Tratar de cumplir con todos estos requisitos mientras se colocan las cargas de trabajo en clústeres de computación individuales con sus propios SLA dificultaría especialmente las cosas.
“En definitiva, aprovechar al máximo la nube es el core de la transición de cualquier empresa a la infraestructura digital, y es importante que la nube sea resistente para establecer los términos sobre cómo y dónde se implementa la infraestructura. La optimización de la nube marcará el ritmo y la dirección de la innovación tecnológica”, comentó Amet Novillo, director general de Equinix México.