Criterios en la nueva era de Smart Buildings

El concepto de ‘Smart Building’ va más allá de la aplicación de nuevas tecnologías para crear espacios minimalistas con un diseño arquitectónico, una integridad estructural de nuevos materiales de construcción y componentes mecánicos para el confort de las personas. Se trata de inmuebles en donde toda la infraestructura física, los sistemas de seguridad, la iluminación, la ventilación, la calefacción, los sistemas de aire acondicionado, y el control de acceso, entre muchas otras cosas, están interconectados y automatizados.

 

Es verdad que los edificios de hoy deberían ser eficientes, fiables y seguros, pero con estas no basta para empoderar a los negocios y las personas. Un edificio inteligente interactúa con los sistemas y con los elementos a su alrededor y aprende en cada experiencia para ejecutar acciones automáticas junto con información que recibe en tiempo real.

 

De acuerdo con el reciente estudio de mercado de ReportLinker[1], se estima que el tamaño del mercado global de los edificios inteligentes alcance los 131. 5 mil millones de dólares para 2027, con una tasa compuesta de crecimiento anual 10.6%. Lo anterior, debido a la rápida adopción de tecnologías avanzadas como IoT, big data, cómputo en la nube, machine learning, análisis de datos e inteligencia artificial.

 

Ante este panorama tecnológico, es importante asegurarnos de que la tecnología implementada esté preparada no sólo para los retos actuales, sino también para los desafíos del futuro, siendo capaz de interactuar fácilmente con otros dispositivos o sistemas de control con miras hacia un escenario de Smart Cities. Aquellas ciudades conformadas por una red robusta de infraestructuras inteligentes que comparten información para optimizar recursos y servicios, en pro de la sustentabilidad y bienestar de las personas.

 

La conectividad y el análisis de datos son algunos de los criterios más relevantes para la nueva era de los edificios inteligentes, en donde desde el autoaprendizaje es posible consolidar la automatización y el control de los servicios en los inmuebles. Esto da paso a un movimiento de soluciones alrededor del novedoso concepto de ‘Building Internet of Things (BIoT)’. Se trata de nuevas tecnologías que comprenden sensores, actuadores y estándares de red que permiten la transmisión de datos a través de las diversas redes, entre muchas otras funcionalidades.

 

Sin embargo, aún se necesita avanzar en la integración de las diferentes tecnologías y sistemas de información (TI) y operación (TO). Los estándares comunes y la disponibilidad de una arquitectura abierta y flexible para las redes de datos son vitales para garantizar una comunicación fluida entre éstos.

 

Otro movimiento tecnológico que está causando revuelo en el sector, es el ‘Gemelo Digital’, al plantear un panorama de productividad sin precedentes para la toma de decisiones en tiempo real. Es un modelo virtual del inmueble que permite simular, probar y corregir las opciones de diseño antes de la construcción, evitando posibles conflictos que pueden ser costosos de corregir durante o tras la finalización del proyecto.

 

El gemelo digital permitiría analizar la capacidad de respuesta del edificio ante diversos cambios y en función de muchas variables. Por ejemplo, agregar una puerta o ventana podría analizarse en función del impacto que pueda tener en los costos de calefacción y refrigeración. Después de la construcción, un gemelo digital puede incorporar datos en vivo del edificio y permitir comparaciones continuas con el diseño original. Sirviendo como depósito central de la información asociada al edificio, o bien, en una plataforma para probar y optimizar los escenarios de control de la infraestructura, según sea necesario.

 

¿Sabían que las personas pasan entre el 80% y el 90% de su tiempo dentro de los edificios? ¿que éstos consumen alrededor del 30% del total de la energía global? De ahí que, la subutilización del espacio sea uno de los mayores problemas de ineficiencia en las infraestructuras, por lo que obtener una mejor comprensión de sobre su eficiencia es uno de los criterios esenciales en los edificios inteligentes.

 

La tecnología debe de ser capaz de recopilar datos para que los servicios respondan a las necesidades y patrones de uso. Al rastrear y registrar los movimientos de los usuarios, monitorear los niveles y tendencias de ocupación del área del edificio y proporcionar información en tiempo real a los ocupantes, la tecnología ayuda a mejorar la utilización del espacio en beneficio tanto de los usuarios como de los requisitos energéticos del edificio.

 

Con el nivel de digitalización que plantea la infraestructura de un edificio inteligente, el mantenimiento resulta más eficiente y rentable, además de tener la base para un enfoque de mantenimiento predictivo. Eso se traduce en menos tiempo de inactividad o interrupciones no planificadas. Además, se ahorra dinero al reducir el reemplazo de piezas innecesarias o prematuras, minimizando el impacto en las operaciones de construcción.

 

Por otro lado, con la gestión digitalizada de la energía, los administradores de las instalaciones pueden revisar y optimizar el rendimiento energético del edificio utilizando una combinación de datos históricos, para ajustar o actualizar los sistemas en tiempo real.

 

Al haber un mayor número de dispositivos conectados en una infraestructura inteligente aumenta el riesgo de seguridad y para minimizarlo, las tecnologías implementadas deben abordar tanto el riesgo físico como el cibernético. En una capa, el acceso físico al edificio debe monitorearse con sistemas de control de ocupación para detectar anomalías que puedan indicar un ataque cibernético. Por otro, las redes digitales deben protegerse con firewalls y encriptación de datos. En tercer lugar, la integridad del sistema debe garantizarse con sistemas y terminales individuales protegidos contra los cambios y el acceso de personas no autorizadas.

 

Estos son algunos de los criterios clave que se deben analizar en la nueva era de ‘Smart Buildings’ en la que estamos inmersos. Una tendencia en la que Siemens continúa consolidando su posición en el mercado al desarrollar, modernizar y transformar las infraestructuras.

 

Marco Cosío, Vicepresidente de Smart Infrastructure, Siemens México, Centroamérica y el Caribe

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